Cinco bellas mujeres de la tercera edad se reunieron el pasado 24 de mayo en las oficinas de Chamuchic en San Cristóbal de Las Casas, Chiapas para escuchar las bases y decidir su participación en el proyecto Hilos de Sabiduría. Un ejercicio de sensibilización en el que platicamos sobre los temas de ayudar, la salud, el bienestar y el compartir. ¡Estamos listas!
Pascuala Gómez Hernández
Tiene 55 años de edad y vive en San Andrés Larráinzar. Quedando huérfana muy pequeña, Doña Pascuala aprendió a tejer desde su propia iniciativa gracias a una señora experta en el tejido y brocado tradicional. Hoy en día además de realizar las tantas actividades de toda madre y abuela, Doña Pascuala disfruta realizando el complejísimo brocado tradicional que llevan los huipiles de fiesta al igual que la vestimenta de los santos patronos.
María Hernández Hernández
Tiene 64 años y vive en Chichelalho, comunidad pequeña dentro de San Andrés Larrainzar. En esta región se teje con un brocado muy geométrico y simbólico. Muy orgullosa mexicana, Doña María nos comparte su espíritu patriota con su trabajo, el cual ella realiza con tanta dedicación.
Sebastiana Díaz Díaz
Tiene 66 años de edad y vive en Crucero, una pequeña comunidad que pertenece al municipio de San Juan Chamula. Las mujeres chamulas se identifican por sus increíbles prendas de lana que representan una de las actividades principales de la región: el tejido en lana totalmente artesanal. Siempre agregando un toque de creatividad en sus creaciones Doña Sebastiana junto con sus cuatro hijas continúa trabajando este arte tan especial.
María González López
Tiene 55 años y vive en Zinacantán. Doña María es perseverante y exigente en su trabajo, pues la venta de productos textiles ha significado un ingreso para su familia y para vender exitosamente ella siempre ha combinado el buen gusto con la tradición. En esta ocasión Doña María nos da a conocer una técnica prehispánica de tejido emplumado, utilizada en los vestidos de novia tradicionales de Zinacantán.
Magdalena Gómez Pérez
Tiene 59 años y vive en Zinacantán, una de las comunidades más innovadoras dentro de su propio estilo y tradición. Ahora mismo el traje de moda en Zinacantán está casi totalmente cubierto de flores bordadas, sin embargo no siempre ha sido así. Doña Magdalena es una mujer experta en el tejido y aprovecha la oportunidad del concurso para recuperar una moda antigua mezclándola con el estilo contemporáneo de su comunidad.